La limpieza bucodental y el raspado son dos tratamientos muy conocidos en el mundo odontológico, pero puede que no conozcas las diferencias que hay entre ambos. En el artículo de hoy te contaremos cuáles son las características de estos dos tratamientos.
Qué es la limpieza dental
Se conoce como limpieza dental o tartrectomía a un tratamiento de tipo leve que se ocupa de retirar el exceso de sarro y placa que no puede eliminarse mediante el cepillado de dientes. Gracias al mismo, se consigue mantener una buena salud bucal y evitar enfermedades y la pérdida de dientes. También contribuye a eliminar las manchas producidas por el café y el tabaco entre otros, aunque para ello lo más recomendado es un blanqueamiento dental.
Qué es el raspado dental
El raspado dental, conocido también como curetaje, se lleva a cabo cuando existe una enfermedad periodontal o bien cuando el sarro acumulado entre los huecos de los dientes y debajo de las encías no puede eliminarse mediante la limpieza. Se trata pues de un tratamiento más invasivo que en ocasiones requiere de anestesia para evitar las molestias del paciente. A menudo, se divide el raspado dental en sesiones cuando las encimas están muy inflamadas o existe un exceso de sarro acumulado.
En qué se diferencian ambos procedimientos
La principal diferencia entre los dos procedimientos es el área donde se efectúan. Con la limpieza se consigue eliminar el sarro y la placa que está visible en el diente, es decir, en el cuello dental, los espacios interdentales y la línea de la encía. En cambio, el raspado se efectúa en la parte interna del periodonto, eliminando así la acumulación de sarro debajo de la línea de las encías.
Otra diferencia es que la limpieza es de carácter preventivo y totalmente rápido e indoloro, y el raspado se lleva a cabo cuando ya existe una enfermedad periodontal.
Prevenir la acumulación de placa y sarro
Lo mejor que puedes hacer para prevenir la acumulación de sarro y placa en tus encías y evitar problemas bucodentales futuros, es mediante unos hábitos diarios correctos. Lo más importante es limpiarse los dientes tres veces al día y usar enjuague, así como visitar de forma periódica a tu dentista de confianza. De esta forma, podrá determinar si en algún momento necesitas una limpieza o algún otro tratamiento para evitar futuras afecciones.