El exceso de saliva es más común de lo que se puede suponer, y se denomina sialorrea o hipersalivación.
La hipersalivación es la falta de la capacidad de retención de la saliva en el interior de la boca y, por tanto, la progresión al tracto digestivo. La patología se produce por la alteración de la habilidad de manipulación de la baba y no por su exceso masivo, ya que serían patologías diferentes.
Normalmente es común en neonatos de entre 15 y 36 meses de edad. Tienen un proceso de aprendizaje fisiológico y desarrollo que suele finalizar a los 36 meses, momento en el cual regularán la producción de la saliva. Por ello, es muy común ver a los bebés crear burbujas entre entrañables muecas. A partir de los 36 meses aprenden a contener la saliva dentro la boca.
A los 4 años de edad se puede empezar a considerar el exceso de saliva como un hecho anómalo. Un buen seguimiento es esencial para tratar de prevenir que sea un hecho crónico. Cuando no es crónico y se produce repentinamente en adultos, puede ser signo de otras patologías mucho más graves a nivel neurológico, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica, y pasando por un amplio recorrido de posibilidades como los fenómenos asociados a la ingesta de medicamento que puedan producir ese efecto secundario.
Cómo detectar la hipersalivación
Las glándulas salivales que tenemos en la boca son la parótida, la submandibular y la sublingual, y son las encargadas de la producción salival. Estas crean una sustancia que juega un papel muy importante en cuanto a la lubricación bucal, también contribuyen en la digestión, en la protección inmunológica y en el mantenimiento de la autorregulación del interior de nuestro organismo, denominada homeostasis. Este proceso es controlado por el sistema nervioso.
Entendemos entonces que la sialorrea también puede ser producida por un fallo anómalo de los mecanismo que se encargan de eliminar la saliva de la cavidad oral, y no por la sobreproducción de la saliva. No obstante, estos no son los únicos posibles motivos por esta anomalía.
El diagnóstico de la hipersalivación se determina con los siguientes síntomas:
- Babeo continuo. La persona no puede controlar los niveles de saliva.
- Se produce descamación en los labios.
- Dermatitis en la zona inferior de la boca, en el mentón.
- Fatiga muscular.
- Se puede ver afectado el sentido del gusto sufriendo alteraciones en el sabor.
Posibles causas de la Sialorrea
Toda patología tiene un origen, por lo que es importante tener un constante seguimiento con tu odontólogo y prevenir cualquier complicación. En este caso las causas pueden ser muy diversas, entre las que encontramos:
- Úlcera bucal o aftas
- Infecciones bucales
- Maloclusión dental
- Amigdalitis
- Problemas gástricos
- Deficiencia vitamínica.
Aunque las causas pueden ser múltiples, recomendamos siempre acudir a un especialista para un correcto diagnóstico, como los expertos de Quatre Dental. Será dicho profesional el que determinará la causa y solución más adecuada a cada situación.