En el cuidado de nuestra salud bucodental, es fundamental conocer los enemigos más comunes que pueden afectar nuestra boca: la placa y el sarro. Aunque muchas personas suelen usar estos términos de forma indistinta, la realidad es que placa dental y sarro son dos conceptos diferentes, tanto en su composición como en su formación y en los problemas que pueden ocasionar si no se controlan adecuadamente. En este artículo de QuatreDental, te explicamos con detalle en qué consisten cada uno y por qué es importante su prevención y tratamiento.
¿Qué es la placa dental?
La placa dental es una película pegajosa y transparente formada por bacterias y restos de alimentos que se acumula constantemente sobre los dientes. Estas bacterias se alimentan de los azúcares presentes en los alimentos y producen ácidos que pueden dañar el esmalte dental y causar caries.
La formación de la placa bacteriana es un proceso natural y comienza minutos después de cepillarse los dientes. Por eso, es fundamental mantener una rutina de higiene bucal rigurosa, que incluya el cepillado al menos dos veces al día y el uso del hilo dental para eliminar la placa en las zonas donde el cepillo no llega.
Si la placa no se elimina, puede irritar las encías y provocar gingivitis, una inflamación leve que es el primer paso hacia enfermedades más graves como la periodontitis.
¿Qué es el sarro?
El sarro, también conocido como cálculo dental, es el resultado de la mineralización o endurecimiento de la placa dental cuando no se elimina a tiempo. Cuando la placa permanece en la superficie de los dientes, los minerales presentes en la saliva, como el calcio y el fosfato, se depositan en ella y la convierten en una sustancia dura y porosa.
El sarro dental no puede eliminarse con un cepillado normal, por lo que requiere una limpieza profesional en la clínica dental para ser removido. Además, el sarro suele acumularse más fácilmente en zonas difíciles de alcanzar, como detrás de los dientes frontales inferiores o cerca de las encías.
Principales diferencias
- Composición y consistencia: La placa es una capa blanda y pegajosa compuesta por bacterias, restos de alimentos y saliva, mientras que el sarro es una sustancia dura y calcificada que resulta de la mineralización de la placa.
- Facilidad para eliminarla: La placa puede eliminarse mediante un correcto cepillado y uso del hilo dental diario. En cambio, el sarro no desaparece con la higiene casera y necesita intervención profesional.
- Tiempo de formación: La placa se forma constantemente y puede acumularse en cuestión de horas. El sarro, en cambio, tarda más tiempo en formarse, generalmente varios días o semanas, si no se elimina la placa.
- Riesgos para la salud bucodenta: La placa es la principal causante de caries y enfermedades de las encías, mientras que el sarro, al ser poroso y rugoso, facilita aún más la acumulación de placa y bacterias, agravando estos problemas y dificultando su control.
¿Por qué es importante controlarlas?
El control de la placa y el sarro es esencial para mantener una buena salud bucodental. Cuando no se controlan adecuadamente, pueden derivar en problemas graves como:
- Caries dental: La placa produce ácidos que desmineralizan el esmalte, causando cavidades.
- Gingivitis: Inflamación de las encías, que se caracteriza por enrojecimiento, hinchazón y sangrado.
- Periodontitis: Si la gingivitis no se trata, puede evolucionar a esta enfermedad más grave que afecta el hueso y los tejidos que sostienen los dientes, pudiendo causar pérdida dental.
- Mal aliento: La acumulación bacteriana genera compuestos volátiles que provocan mal olor.
Además, el sarro actúa como una placa “pegajosa”, haciendo que la acumulación de bacterias sea aún más difícil de controlar y eliminando la posibilidad de mantener una boca sana solo con la higiene diaria.
¿Cómo prevenir su formación?
La buena noticia es que con hábitos adecuados de higiene bucal y visitas regulares a la clínica dental, podemos prevenir eficazmente la formación de placa y sarro.
- Cepillado correcto: Cepíllate los dientes al menos dos veces al día con una técnica adecuada, asegurando llegar a todas las superficies dentales.
- Uso del hilo dental o cepillos interdentales: Estos complementos ayudan a limpiar entre los dientes y debajo de las encías, donde el cepillo no llega.
- Dieta equilibrada: Limitar el consumo de azúcares y alimentos pegajosos reduce la formación de placa.
- Visitas regulares al dentista: Realizar limpiezas profesionales al menos dos veces al año para eliminar el sarro y revisar la salud bucal.
Aunque la placa y el sarro son dos problemas diferentes, están estrechamente relacionados y ambos pueden afectar gravemente la salud de nuestra boca si no se controlan. La clave está en mantener una rutina de higiene bucal adecuada y acudir al dentista para limpiezas profesionales regulares.
En nuestra clínica dental, estamos comprometidos con ayudarte a mantener una sonrisa saludable y libre de problemas. Si tienes dudas sobre la placa, el sarro o cualquier otro tema relacionado con tu salud bucodental, no dudes en contactarnos para una consulta personalizada.








